¿Qué es la personalidad?
Hablar de cinco factores clave de la personalidad no es una casualidad. Estos cinco factores son conocidos en el ámbito de la psicología como el modelo de los cinco grandes. En países bajo la influencia del lenguaje de Shakespeare se conoce como the big five model (BFM). Pero antes de explicar en qué consiste cada uno de ellos empecemos por lo primero: qué es la personalidad.
Según la Asociación Psicológica Americana (APA), la personalidad se refiere a las diferencias individuales en los patrones característicos de pensamiento, sentimiento y comportamiento.
Dicho en román paladino, la personalidad es el conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y que la diferencian de las demás. Existen rasgos que conforman el núcleo básico de nuestra personalidad que son difícilmente alterables, especialmente a partir de la edad adulta. Esto explica que en el entorno corporativo exista interés por explorar dicha área a partir de este modelo ya que cada persona suele reflejar su propia “identidad”.
Dimensiones básicas
Este modelo se basa en cinco factores o dimensiones básicas de la personalidad intentando establecer en qué grado están presentes en el individuo. A partir de esta información, el reclutador tiene más elementos de valor para determinar cómo será el grado de ajuste del candidato a un puesto de trabajo concreto. Más concretamente, se intenta predecir cómo será el desempeño de esa persona en base a las situaciones cotidianas a las que se verá expuesto en función de su rol. Veamos cuales son estas dimensiones de la personalidad.
Extraversión
Esta dimensión procura identificar el nivel de comodidad del individuo en las relaciones. A priori, ser extrovertido o introvertido no es ni bueno ni malo, simplemente disfrutan del contacto social de manera distinta. Los extrovertidos tienden a ser gregarios, asertivos y sociables mientras que los introvertidos tienden a ser reservados, tímidos y callados. Si una empresa está buscando un perfil comercial, un jefe de equipo o a alguien que deba ejercer funciones de liderazgo, posiblemente esté más interesada en que tengas una puntuación alta en extroversión. En cambio, si la posición que se quiere cubrir no requiere de una gran sociabilidad, una puntuación baja no supone ningún obstáculo. Es más, puede ser incluso un factor deseable.
Afabilidad
Esta dimensión se refiere a la propensión de un individuo a ceder ante otros. Las personas altamente afables/agradables son cooperativas, cálidas y confiadas. Las personas que obtienen una puntuación baja suelen mostrarse más frías, desagradables y antagónicas. Generalmente las empresas buscan a personas que tengan puntuaciones altas porque eso significa que, además de todo lo anterior, aceptarán y respetarán las normas con más facilidad. No obstante, conviene tener presente que muchas de las personas más creativas e innovadoras en las organizaciones son aquellas capaces de desafiar el status quo en sus sectores.
Responsabilidad
Esta dimensión puede ser descrita como la tendencia de una persona a controlar sus impulsos y a actuar de maneras socialmente aceptables. Podríamos hablar de un comportamiento dirigido a metas. Las personas concienzudas sobresalen en su habilidad para retrasar la satisfacción, planear y organizar eficazmente. Alguien que tenga una puntuación alta en este factor es probable que tenga éxito en los estudios y en su carrera profesional ya que perseguirá sus metas con determinación y premeditación. Por el contrario, una persona que con baja puntuación en esta dimensión será mucho más propensa a postergar esfuerzos, a ser huidiza, impetuosa e impulsiva.
Estabilidad emocional
Esta dimensión, también conocida como neuroticismo, señala la capacidad de una persona para soportar situaciones de estrés. Las personas con puntuaciones altas en neuroticismo generalmente van a mostrar ansiedad, preocupación y baja autoestima. Tienen tendencia a enojarse con facilidad y suelen ser personas más inseguras. En el polo opuesto, las personas con puntuaciones bajas en neuroticismo tienen una mayor estabilidad emocional, y por tanto, tienden a ser calmadas y seguras de sí mismas.
Apertura a la experiencia
Esta dimensión refleja la tendencia de una persona a interesarse por distintos temas y a su grado de fascinación por lo novedoso. Por tanto, la apertura a la experiencia puede ser un buen indicador de la creatividad ya que estos individuos disfrutan hibridando conocimiento. En el otro extremo encontramos a personas con un pensamiento más convencional y probablemente más resistentes al cambio ya que prefieren lo conocido y familiar.
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