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La ansiedad es un estado emocional inconsciente que nos hace sentir inquietos o angustiados ante algunas situaciones que sentimos que no podemos controlar. Es una sensación constante en el día a día de la persona que impide que podamos disfrutar plenamente del momento. Cuando la ansiedad se mantiene durante un periodo de tiempo más o menos largo se produce una tensión muscular continua tanto en el sueño como en la vigilia. Esta sensación de tensión nos acompaña y hace que cada vez más, nos cueste estar relajados y a gusto.

Es por ello por lo que es importante aprender a reducir la ansiedad. Los ejercicios de relajación nos ayudan a liberar cuerpo y mente y a disfrutar, en general, más de nuestro día a día. Aunque se recomienda ampliamente acudir a un profesional para que nos ayude a aprender a sacarles el mayor partido a estas técnicas, es cierto que se pueden practicar en casa con unos resultados bastante buenos.

A continuación, te proponemos diez técnicas para reducir la ansiedad:

-Respirar profundamente: inspirar y expirar correctamente el aire, activando los mecanismos pulmonares, entre cinco y diez minutos ayudará a controlar la ansiedad, de forma que cuerpo y mente se concentran en esa actividad.

-Caminar por un espacio exterior: uno de los métodos que contribuyen a reducir la ansiedad es el movimiento, pero no aquel guiado por la rabia o el miedo, sino el andar concentrado en nuestros pasos, en especial en espacios exteriores, donde se tome contacto con otras realidades ajenas a la que está en nuestra mente.

-Meditar: otro ejercicio recomendado, aunque en un principio puede resultar complicado, es la meditación. Abstraerse del pensamiento o la situación que genera ansiedad, tomando distancia de ella, y situar la mente en cualquier otra idea ayuda a reducir la tensión.

-Escuchar música: muchas son las personas que encuentran en las notas musicales el ritmo necesario para hacer disminuir la ansiedad. La música clásica, o simplemente relajante, libera la mente de preocupaciones, aunque sea de forma parcial. No obstante, conviene no elevar demasiado el volumen, ya que de lo contrario se genera tensión innecesaria al oído.

-Hablar con alguien: fuera de lo que en ese momento consideramos como nuestra única realidad, la que dicta la ansiedad, existen otras. Tomar contacto con ellas ayuda a relativizar nuestras preocupaciones. Entablar una conversación sobre cualquier otro tema con otra persona ayudará al cuerpo y mente a evadirse de la ansiedad.

-Salir a correr: una variante del paseo es la actividad física que ayuda a muchas personas a desconectar de sus problemas cotidianos y, en el caso de la ansiedad, lleva a activar y liberar músculos del cuerpo tensionados por los nervios.

-Poner la atención en el presente: cuando nos dejamos llevar por la ansiedad, nuestra mente sólo presta atención a esa situación, que en muchas ocasiones escapa a nuestro control. Ante eso, es mejor prestar atención a lo que ocurre delante de nosotros, en lo que podemos influir.

Reír: cuando la ansiedad toma las riendas es difícil encontrar motivos para la sonrisa. Pero está demostrado que reír ayuda y, aunque el contexto no siempre sea el más adecuado, encontrar una situación o una persona que nos ayude a reír servirá también para luchar contra la ansiedad.

-Recordar un momento feliz: la ansiedad aparece como un muro infranqueable para quien la sufre, pero en ese momento es recomendable echar la vista atrás y recordar un momento de felicidad, sobre todo si llegó después de sufrir un episodio de ansiedad. Eso servirá para percatarse de que, si entonces se pudo dejar atrás ese mal momento, también es posible ahora.

-Jugar con nuestra mascota: los animales perciben también los malos momentos de sus dueños. Y sufren con ellos también. Jugar con nuestros gatos y perros y pasar más tiempo con ellos ayuda a rebajar las tensiones de la ansiedad.

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