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La música nos divierte, nos hace sonreír y recordar aquellas vivencias pasadas asociadas a una determinada canción. Quizás un viaje en coche camino al pueblo, los bailes de juventud, la escena de una película que nos conmovió, etc.

¡Pero no sólo eso! La música tiene un papel fundamental en nuestro bienestar físico y psicológico. Los científicos apuestan por el fuerte vínculo entre la música y el cerebro, a través de las conexiones neuronales. Los resultados de diversos estudios refuerzan la idea de que vivir activamente los sonidos y la música en el transcurso de nuestra vida tiene un profundo efecto en el funcionamiento de nuestro sistema nervioso.

Según estos estudios, mediante el entrenamiento musical, incluso en las etapas avanzadas de la vida, se podría potenciar el procesamiento mental y obtener efectos positivos. Uno de los más relevantes sería la reducción de la pérdida de memoria vinculada al envejecimiento. Y es que las regiones cerebrales implicadas en la práctica musical también se utilizan para otras funciones, como la memoria o el lenguaje. Por tanto, las mejoras que favorezcan la música en estas áreas de nuestro cerebro, favorecerán a su vez las capacidades en otros campos.

El ritmo de una canción ayuda en el proceso de envejecimiento

Los familiares de personas mayores así como los cuidadores y cuidadoras de ancianos han de tener en cuenta los beneficios que una melodía adecuada puede tener en ellos. Las terapias musicales no curarán las patologías que aparecen en la tercera edad pero pueden ayudar considerablemente a mejorar la vida de los mayores. Además, está comprobado que aquellos personas que han tocado instrumentos durante toda su vida conservan mucho mejor sus habilidades cognitivas cuando llegan a la senectud.

Los profesionales de la asistencia domiciliaria han de tener presente que la “musicoterapia” puede mejorar de manera considerable aspectos como la imaginación, la memoria, el lenguaje y la atención de los ancianos, entre otros. Una melodía elegida correctamente ayudará a que las actividades que se llevan a cabo, se vuelvan más agradables y placenteras.

Actividades en torno a la música y sus beneficios

Tocar un instrumento

Según la revista NCYT de Ciencia y Tecnología, aprender a tocar un instrumento musical conlleva horas y horas de práctica. Por ese motivo y al crearse nuevas conexiones en el cerebro, éstas podrían compensar los declives cognitivos propios del envejecimiento. Además, el deterioro de la memoria auditiva o la capacidad de oír y mantener una conversación en ambientes ruidosos, se ralentizaría en personas que durante su vida se han dedicado a tocar un instrumento.

Por todo ello se puede concluir que el aprendizaje y la práctica de cualquier instrumento musical es totalmente beneficioso en la Tercera Edad. Recuerda que nunca es tarde para iniciar una afición, así que si nunca has tocado un instrumento pero te gustaría probar, ¡hazlo! Existen infinidad de cursos gratuitos o económicos en centros cívicos relacionados con la música, alguno podría interesarte.

Otro estudio realizado por la Universidad de Kansas y publicado en la revista “Neuropsychology”, menciona que las personas con una mayor experiencia musical adquieren más agudeza mental relacionada con la memoria visual espacial, con nombrar objetos y con la capacidad del cerebro de adaptarse a información nueva, lo que se conoce como ‘flexibilidad cognitiva’.

Bailar

Si además de vivir la música, optamos por levantarnos del sofá y ponernos a bailar, obtendremos beneficios extra. El baile es un ejercicio que combina música y movimientos rítmicos, lo cual puede ayudar a reducir el riesgo de caídas en los adultos mayores. La música y el baile mejoran el equilibrio y la capacidad para caminar, pero además de sus efectos en el equilibrio y en la disminución de caídas, el baile mejora el estado anímico, aporta estabilidad emocional, capacidad para disfrutar y para sentirse útil en una actividad. Todo ello conlleva una mejora de la calidad de vida de los mayores.

Cantar

Otra actividad que va de la mano de la música es el cantar. Cantar puede ser un esfuerzo con consecuencias muy positivas, ya que nos ayuda a entrenar la respiración. Quizás parezca algo simple, pero si uno le exige ciertos ejercicios a los pulmones en una práctica habitual, cada vez adquirirá mayores capacidades y no se quedará sin aire en otros momentos de la vida cotidiana. También comentar que apuntarse a un coro o un grupo de canto, aportará los beneficios mencionados y  aparte será una estupenda manera de socializar.

Escucha música, tócala, cántala o báilala. De una manera u otra, añade música a tu día a día. Porque la música nos ayuda a relajarnos, a elevar nuestro estado de ánimo y a mejorar nuestra calidad de vida en general. La razón de todo esto es que la música estimula nuestro organismo de muchas maneras distintas, es la banda sonora de nuestra vida, nos ha acompañado siempre y debemos intentar que así siga siendo.

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